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Más allá de la mente: Mi experiencia con los psicodélicos y la conciencia

En aras de la honestidad y la transparencia, quiero compartir algo contigo. Antes de experimentar la meditación profunda, antes de aprender a expandir mi conciencia de forma natural, exploré los estados alterados a través de sustancias. Setas, psicodélicos, alcohol, cannabis y gominolas de THC.

En aquel momento, no experimentaba sólo por diversión. Buscaba algo. Quizá una vía de escape, quizá un atisbo más allá del velo de la realidad, quizá ambas cosas. Estas experiencias no eran sólo para colocarme o tener un viaje salvaje; eran mi forma de intentar comprender la conciencia de formas a las que no podía acceder en mi estado normal de vigilia.

Lo que aprendí (y lo que no)

Cada sustancia tenía su propio efecto o, en mi caso, falta de efecto.

  • Psicodélicos (setas, LSD, etc.) - Me abrió las puertas a percepciones extrañas y alucinantes, pero la experiencia fue fugaz. Me mostró que había algo más allá, pero no me ayudó a integrarlo ni a entenderlo de verdad.
  • Gominolas de cannabis y THC - Aquí fue donde las cosas se pusieron interesantes. Mi compañero tomó un THC, y en menos de una hora estaba fuera, en el patio trasero, bailando y riendo sin control. Mientras tanto, yo había tomado cinco-y me quedé allí sentada, con los brazos cruzados, el ceño fruncido, viéndole disfrutar de su subidón mientras no sentía absolutamente nada.
  • Alcohol - Una vez me bebí un botella de vodka en una noche, esperando al menos algún tipo de efecto. Nada. Ni borrachera, ni resaca, ni rastro de alcohol. A la mañana siguiente, fui a trabajar como de costumbre e incluso le pregunté a un compañero si podía oler algo en mí; estaba sorprendido, no sólo porque no había rastro de alcohol, sino porque aparentemente había consumido una cantidad que debería haberme dejado completamente incapacitado.

¿Por qué no funcionó conmigo?

Esta era la verdadera pregunta. ¿Por qué ninguna de estas sustancias me afectaba como a los demás? ¿Era sólo la química de mi cuerpo? ¿O había algo más profundo?

Cuanto más pensaba en ello, más me lo preguntaba: ¿Es que yo no estaba hecho para tomar atajos?

Tal vez se suponía que debía experimentar estados alterados de forma natural -mediante la meditación, la quietud y la conciencia- y no a través de sustancias externas. Tal vez estas herramientas no formaban parte de mi camino y mi cuerpo las rechazaba instintivamente.

Mirando atrás, ahora entiendo que la verdadera transformación no viene en una pastilla, un frasco o una gominola. Llega a través de la experiencia directa, la paciencia y el lento desarrollo de la conciencia a lo largo del tiempo.

Unas palabras de precaución

Quiero ser claro: No estoy animando a nadie a experimentar con estas sustancias. Mi experiencia es única para mí, y el hecho de que estas cosas no funcionaran para mí no significa que no vayan a tener efectos graves en otras personas. A algunas personas los psicodélicos les cambian la vida, ya sea para bien o para mal. Otras luchan contra la adicción o contra consecuencias impredecibles.

Si buscas algo más profundo, hay formas más seguras y sostenibles de explorar la conciencia. La meditación, la autoindagación y la exploración interior no requieren sustancias externas, y los resultados duran mucho más.

¿Habría descubierto la meditación y los estados alterados por mí mismo si estas sustancias tenía ¿Funcionó conmigo? Puede que no. Y por eso, estoy agradecido.

Ese era mi camino.

¿Cuál es el tuyo?

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